Su hermana se puso histérica por su novio que le hizo un dibujo de zorra, de lo flaca y plana que estaba. Su hermano la calmó y le midió la cintura y la cadera, asegurándole que era impresionante. Claro que su gratitud era inadecuada - chupar la polla de su hermano, pero ¿no se merecía la chica compasión? Cuando ella quería quitarse la cabeza ya, él no la dejaba - si quería ser adulta, que se la tragara. Y parecía que su esperma era de su agrado. Ahora siempre podía contar con él.
¡Esa chica es como Pulgarcita! Eso es un picotazo en la mejilla. Y el tipo se la coge como un caballero sin ser rudo. Pero yo no sería fácil con la rubia. La haría una perra para que todos se la tragaran. ¡Es hora de crecer, princesa!