Siempre me han atraído las mujeres orientales, especialmente las japonesas. He leído libros sobre geishas y otras tradiciones, quizá por eso no se me van de la cabeza.
De hecho, la cultura sexual japonesa es muy diferente a la eslava y europea. Tal vez eso es lo que les atrae.
Pues bien, al parecer, la rubia cabalgando sobre la polla negra de impresionante tamaño le vino de perlas al negro, porque se la folló como un escaldado, sin prestar atención a los chillidos de la chica.